
Hoy en cambio, llego a la oficina y me encuentro con otra persona. Saludo como siempre y pronto debo buscar agua pues mi garganta se había desacostumbrado a hablar en ese horario. Llego a mi casa y, alguien escucha la llave en la puerta y me abre. No sólo me sorprende lo limpio y ordenado que se ve mi departamento, sino también la cantidad de palabras que escucho por minuto. Un poco mareada me escondo en el baño. Me duermo entre voces, despierto con voces, en la oficina la gente ahora habla. Y yo que ya me estaba acostumbrando a mi voz en off…. shhhhhhhhhhhh, suspiro........ respiro......... me relajo....... sonrío........y me alegro.