martes, julio 01, 2008

Sex & the City



Conocí tardíamente a Mafalda cuando una amiga me dijo que teníamos un humor similar. Al no saberme ofendida o piropeada, no me quedó más que leerme todas las historietas y obvio.... hoy es de mis personajes preferidos.

Algo similar me pasó con Sex and the City. Esta misma amiga, me comentó lo cansada que estaba por haberse quedado viendo esta serie, por fin la están dando por televisión abierta, de madrugadas eso sí, pero es tan buena que vale la pena… yo la volví a mirar con extrañeza y tuve que reconocer que no sabía de qué me hablaba.
Poco después descubrí que esta serie no sólo le gustaba a todas mis amigas, sino que provocaba en ellas más que fanatismo. Si hubiese existido facebook en ese entonces todas habrían sido parte del grupo “I love sex & the city”. No pasó ni una semana y ya tenía en mis manos los dvds de todas las temporadas. Coincidió justo con un período en que mi vida social fue desplazada por las altas demanas del estudio y trabajos extras, por lo que esta serie era una excelente alternativa para distraer un poco mi mente... Fueron semanas muy estresantes en que dormí poquísimo, y no precisamente por tener insomnio, o por trasnochar para cumplir con los plazos de entregas... sino porque no podía aguantar dormirme sin ver un capítulo más. Me devoré la serie y me encantó completa, sus personajes, sus historias, la música, todo. Me reí muchísimo, me emocioné, me enojé y hasta solté un par de lagrimones y fui muy feliz al saber que muy pronto las vería en la pantalla grande.
Y llegó el gran día... partí junto a mi amiga visionaria al gran estreno... y estuvo increíble. La sala llena, llena de mujeres y gays, puros fanáticos unidos por más de dos horas como grandes amigos que comentaban la película, suspiraban en las mismas partes, reconocían y se emocionaba con los detalles clásicos de la serie, lloraban juntos y se reían simultáneamente a carcajadas. Me encantó volver a ver a ese cuarteto de amigas, me volví a reír, emocionar, enojar y lloriquear... y cuando prendieron las luces, aún con lágrimas en los ojos, no pude evitar sonreir al darme cuenta que poco tengo que envidiarles a estas chiquillas…. Si se trata de aventuras amorosas, las mías, no sé si dan para película, pero de seguro inspirarían toda una nueva temporada. Y si hablamos de amigos… no sólo soy parte de un aquelarre dispuesto a cruzar todo santiago por un simple abrazo…, mis grupos de amigos incondicionales se mantienen firmes al pie del cañón, pese a la fuerte emigración. Por ejemplo, mi grupo de la universidad no duda en reunirse en momentos importantes, hasta para celebrar cumpleaños de ausentes; Con las “chiquillitas around the world” nos juntamos a conversar los más diversos temas, desde rollos existenciales, pasando por actualidad, desahogos, chistes, pelambres, de todo… una excelente comunicación entre la distancia; Con mis amigotes, todas las mañanas laborales comentamos nuestras vidas, ya sea de madrugadas frente a un café o virtualmente desde la oficina; Con mi grupo de estudio, desayunar, almorzar o compartir unas copas junto a sueños comunes, siempre es un gusto; Con mis inquietos compañeros de travesías seguimos en las mismas y ahora en busca de un lugar que nos permita continuar nuestras aventuras…, y otros tantos individuos, que no alcanzan para ser grupo, pero si excelentes amigos…
En verdad, sólo puedo envidiar a Carrie por correr con esos hermosos zapatos de taco alto, sin mostrar la más leve mueca de dolor…

No hay comentarios.: