miércoles, diciembre 16, 2009

viaje inesperado

Aeropuerto de San Francisco, gate 36, 13:04.
Los alto parlantes interrumpe mis pensamientos sobre el susto de abandonar este cálido invierno para meterme en tormentas de nieve y menos miles de grado bajo cero, "el avión está sobre vendido, se necesitan voluntarios para..." antes de que terminara de hablar yo ya estaba con una sonrisa de oreja a oreja al lado de la señora cuya voz me había hecho saltar de mi asiento. Se quedó con mi pasaje no asegurando mucho, en caso que necesitaran mi buena voluntad de quedarme como 10 horas más en el aeropuerto, me prometían el oro y el moro. Minutos más tarde, cuando ya planeaba dónde podría irme con mi pasaje nuevo en caso de que resultara, avisan que el avión tiene problemas técnicos por lo que se retrasa la hora de partida. 1 hora de incertidumbre para saber que no ocuparían mi pasaje. Desilucionada pretendía regresar a mi asiento cuando la seora me dice que en agradecimiento a mi disposición de sacrificio me harían un upgrade y viajaría en business...
Otra cosa mariposa.. partiendo por la entrarada preferencial, donde nadie está apurado por entrar y todo relajadamente ingresan al avión y un señor te recibe con una copa de champaña te saca la chaqueta y la cuelga, quien sabe dónde. Henry, el sobre cargo de nuestra sección, me saluda por mi nombre, sonríe y toma mi "livianita" maleta de mano y la guarda en un espacioso compartimento. Me siento en un sillón comodísimo a disfrutar de mi copita de champagna mientas veo como el resto de los pasajeros trata de entrar a mi avión mirándonos con envidia. Ya en el desegue figuraba pseudo acostada, con los pies en horizontal, apoyando mi cabeza en una almohada que ya quedría tener en mi casa. Mientras escucho por el alta voz como le dicen al pueblo que ya pasará el carrito vendiendo snack y que lo más barato es una galleta de 3 us... Henry me pregunta qué deseo tomar de aperitivo. Vuelvo a escuchar al alta voz pidiendo disculpas porque como el avión está lleno no alcanzaron los paquetitos de maní para todos... meintras henry me pregunta si quiero volver a rellenar mi copita de castañas de cayú. Me siento un poco como la monarquia en la Revoluión Francesa, con mi coctel en mano eligiendo que quiero de entrada, plato de fondo y postre, mientras en la parte de atrás del avión no les alcanza ni para el maní. Sólo 5 minutos de pennsar en las injusticias sociales para luego disfrutar todo el camino de vivir como la elite. Aunque estaba muerta de sueño, no cerré un ojo en las casi 6 horas de vuelo, viendo pelicuals en mi tv personal, jugando con mi sillón ultra reclinable y recibiendo hasta galletas calentitas con leche antes de aterrizar... hasta me deprimí cuando aterrizamos...
2:05 am, estación de metro de NYC, con frio, sueño, esperando el metro que me acercará a mi destino, buscando ratas entre los rieles del tren... recordándome como parte de la monarquía francesa, pero post revolución

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